La consultoría de género es un sector profesional muy amplio y lo que tenemos en común quienes nos dedicamos a esto es que somos expertas en la puesta en práctica de la igualdad. Sabemos diseñar, implementar y evaluar acciones y medidas que conduzcan a una mayor igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en la sociedad. Dentro de este enorme campo de trabajo, es habitual que las profesionales nos especialicemos en ámbitos específicos. Así, por ejemplo, algunas somos expertas en el desarrollo de planes de igualdad, otras en la implementación de políticas públicas de igualdad, otras en el manejo de presupuestos con perspectiva de género, otras en la prevención de la violencia de género, etc.
La red de personas que trabajamos por la igualdad de oportunidades, más allá de las consultoras de género es enorme. Entonces, ¿dónde encajamos las consultoras en ese mapa? Somos una patita más dentro de la amplitud de agentes que se dedican a la puesta en marcha de la igualdad. Veamos quiénes forman parte de esta gran red y qué papel juega cada cual.
Una gran parte del trabajo recae sobre las administraciones públicas. Éstas tienen, además, el mandato legal y constitucional de promover la igualdad. Su labor consiste, sobre todo, en marcar directrices y prioridades y en asegurarse de que se asignen los recursos públicos necesarios para que la implementación sea efectiva. Las administraciones públicas tienen el peso principal y los mayores recursos, pero no ha de recaer exclusivamente sobre ellas la responsabilidad de llevar adelante la igualdad.
Otra parte fundamental son las asociaciones y colectivos feministas y el activismo. En ellas participa cualquier persona feminista y su trabajo implica la movilización social y la sensibilización. Del mismo modo, el activismo tiene un papel fundamental como avanzadilla a la hora de llevar adelante la agenda feminista, cuenta con un conocimiento del terreno clave y tiene la capacidad de actuar con rapidez y de responder a necesidades específicas, a la vez que empuja, cuando es capaz de aunar fuerzas, cambios estructurales.
Está también la academia, que es quien ha de dedicarse a la investigación y al desarrollo y análisis de la teoría feminista y quien lleva la mayor parte del trabajo intelectual alrededor del feminismo. El pensamiento feminista y la investigación sobre la situación de las mujeres, ahora y en el pasado, constituyen la base necesaria para crear un trabajo sólido y solvente por parte del resto de agentes, por eso la labor desde el ámbito académico es irrenunciable y tiene un enorme valor.
Finalmente, aunque no menos importantes, estamos las profesionales independientes que nos dedicamos a la promoción de la igualdad desde el sector privado, ya sea como profesionales autónomas o como empresas. En este mapa, las consultoras nos posicionamos como agente especializadas con una función de refuerzo y apoyo en los campos apuntados más arriba. Somos profesionales dedicadas a la igualdad y su puesta en práctica, con amplia formación y experiencia. Tenemos la capacidad de tender puentes entre todos estos ámbitos y somos muy conscientes de nuestro papel dentro de esta red. Hacemos, también, red entre nosotras. Por eso se creó la Asociación Profesional de Consultoría de Género – APCGénero, que tiene como uno de sus fines reforzar nuestros lazos profesionales para permitirnos, de este modo, mejorar la calidad de nuestros resultados profesionales.
Las consultoras somos independientes, trabajamos desde el ámbito privado y hacemos un trabajo profesional, de alta calidad. Somos una bisagra. No somos voluntarias, aunque también somos feministas y militantes. No tenemos un contrato que nos vincule a la administración pública, aunque trabajamos en muchas ocasiones para la administración pública. Tampoco somos académicas, aunque estamos muy presentes en la academia y bebemos del trabajo teórico que se produce en las universidades para desarrollar nuestro trabajo.
La separación entre todos estos ámbitos y agentes no es diáfana. Al contrario, muy a menudo una misma persona está presente en varios de ellos o encarna en sí misma diferentes roles en distintos momentos. Es habitual que las consultoras de género participemos en el activismo feminista a través de asociaciones, algunas de nosotras también desarrollamos labores académicas como investigadoras o docentes y no es raro que, en algún momento de nuestras vidas profesionales, hayamos estado vinculadas a los organismos de igualdad de las administraciones públicas. Todo esto forma parte de nuestra riqueza y de nuestra expertía y nos permite desarrollar nuestra tarea como consultoras de género con la máxima calidad y garantías de profesionalidad.
Texto: Laura Viñuela, Directora de Espora Consultoría de Género
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